El domingo 31 de mayo celebramos la solemnidad de la Santísima Trinidad y la Jornada Pro Orantibus. La Jornada de este año acontece en el marco del Año de la Vida Consagrada proclamado por el papa Francisco para toda la Iglesia y dentro del V Centenario del nacimiento de santa Teresa de Jesús. Es una celebración gozosa para dar gracias a Dios por el don de la vida de los monjes y monjas, que se consagran enteramente a Dios y al servicio de la sociedad en los monasterios y claustros. Es un día también para que todo el Pueblo de Dios ore al Señor por esta vocación tan especial y necesaria, despertando el interés por las vocaciones a la vida consagrada contemplativa.
Señor, haz que vivamos el Evangelio del encuentro:
ayúdanos a humanizar la tierra y a crear fraternidad,
llevando las fatigas de quien está cansado
y no busca más,
la alegría de quien espera, de quien busca,
de quien custodia signos de esperanza.
Espíritu Santo, Fuego que ardes,
ilumina nuestro camino en la Iglesia y en el mundo.
Danos el coraje del anuncio del Evangelio
y la alegría del servicio en la cotidianidad de los días.
Abre nuestro espíritu a la contemplación de la belleza.
Custodia en nosotros la gratitud y la admiración por la creación,
haz que reconozcamos las maravillas
que tú realizas en todo viviente.
María, Madre del Verbo,
vela sobre nuestra vida de hombres y mujeres consagrados,
para que la alegría que recibimos de la Palabra
llene nuestra existencia, y tu invitación
a hacer lo que el Maestro dice nos encuentre activos intérpretes en el anuncio del Reino.
(Oración del Papa Francisco para este día)
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