Ha llegado la hora de un merecido descanso para muchos y de prestar atención a otras cosas y tareas que han permanecido en un segundo plano durante el curso.
En la vida espiritual, es un buen momento para echar la mirada atrás y revisar el camino recorrido; valorar aquellas cosas que han supuesto crecimiento y camino, a veces, con tropiezos y haciéndonos llagas en los pies. Y siempre con un ¡¡¡GRACIAS!!! al Dueño de Todo.
El Señor nos plantea que le busquemos de otro modo, que le escuchemos y le hablemos de otro modo, desde el descanso y la alegría de este tiempo de verano. Déjate acompañar por Él, que te cuente lo que le gustaría, cómo le gustaría que fuera tu vida para que seas feliz.
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