Estamos comenzando un nuevo curso. Planificamos actividades con el calendario en la mano: la catequesis, la misa, el trabajo, la familia, madrugar, el grupo parroquial y tantas otras cosas que cuentan con Dios como denominador común.
Dios está en lo de todos los días; por eso es necesario volver a realizar las cosas de todos los días. Dios es fiel a su encuentro conmigo y me propone un camino. He de mirar de frente al nuevo curso y preguntarle ¿qué quieres de mí? ¿cuales son mis propósitos y proyectos?
Aunque nos agobie volver a lo de siempre, ahí está Dios ofreciéndonos una nueva oportunidad de servirle y darle gracias por lo que de Él recibimos.